Lo de Belén Esteban en TVE no es un sueldo, es un premio gordo: ojo a la cifra

Belén Esteban presume de carisma en la fiesta de Netflix

Belen Esteban en La Familia de la Tele

Belén Esteban vuelve a estar en boca de todos, y esta vez no por lo que dice, sino por lo que cobra. Y ojo, que el tema viene con nombres propios, salseo institucional y cifras que marean. Resulta que un ex alto cargo de Mediaset, Baldomero Toscano, ha criticado abiertamente a RTVE, soltando que allí “son bastante peseteros”. Nada como tirar de refranero económico para montar un buen escándalo televisivo.

Pero la joya de la corona la ha puesto otro experto en el arte del destape mediático: Diego Arrabal, que aseguró en YouTube que Belén se estaría embolsando unos 18.000 euros al mes por su trabajo en “La familia de la tele”. Así, sin rodeos. La princesa del pueblo no solo ha cambiado de canal, también ha cambiado de tarifa. Y por lo visto, la nueva viene con muchos ceros.

Baldomero pone la puntilla, Arrabal suelta la cifra

La polémica ha explotado como un microondas con cuchara dentro. Toscano, que no es precisamente un novato en esto de manejar presupuestos televisivos, dejó claro que en TVE están soltando billetes como si no hubiera mañana. No mencionó directamente a Belén, pero la indirecta llevaba su nombre en luces de neón.

Y ahí es donde Arrabal, sin pelos en la lengua ni miedo a la factura de la luz, lanza la cifra bomba: 18.000 euros mensuales. Lo suelta como quien comenta el tiempo, pero claro, a medio país se le ha atragantado el desayuno. Que si es mucho, que si es poco, que si con eso se hacen dos temporadas de una serie… El debate está servido.

¿Vale cada euro por Belén Esteban o es puro despilfarro?

Mientras el programa lucha por levantar las audiencias (spoiler: no lo está consiguiendo), el sueldo de Belén se convierte en el nuevo objeto de debate nacional. ¿Estamos ante un fichaje estrella o ante una inversión pública con más marketing que resultado?

En redes ya se han encendido los fuegos artificiales. Hay quien defiende el carisma eterno de Belén como motor de entretenimiento, y otros que ven en su contrato una metáfora del “todo vale” en la televisión pública. Lo único claro es que entre Toscano y Arrabal han montado un espectáculo paralelo al del plató, y eso ya es mucho decir.

Belén, por su parte, sigue en su línea: sonriente, firme, y con el móvil en modo silencio. Porque cuando cobras como una CEO del prime time, lo mínimo es no entrar al trapo. Aunque el trapo sea de oro.

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