Erika Vikman enciende Eurovisión 2025 y resucita, sin querer, a Leticia Sabater

Erika Vikman en Eurovisión

Erika Vikman en Eurovisión

No hacía falta que dijeran su nombre. Bastaba con ver la actuación de Erika Vikman representando a Finlandia en Eurovisión 2025 para que medio internet pensara lo mismo: “¿Esto no lo ha hecho ya Leticia Sabater?” Y así fue. Mientras la artista nórdica se marcaba un número hipersexualizado, con peluca rubia, coreografía subidita de tono y el tema “Ich komme” (sí, se traduce como te imaginas), el nombre de Leticia Sabater escalaba posiciones en tendencias.

Todo empezó como una broma colectiva en redes sociales. Usuarios de X (Twitter de toda la vida) comenzaron a emparejar imágenes de la actuación con capturas de videoclips míticos de Sabater como “La salchipapa” o “Toma pepinazo”, acompañados de comentarios tipo “Leti, vuelve que te están plagiando”. El parecido era tan surrealista como innegable: escenografía recargada, letras explícitas y un estilismo que parecía sacado de un after ochentero.

Lo más irónico de todo es que Sabater ni siquiera participaba en el festival. Pero su nombre fue uno de los más mencionados durante la noche eurovisiva. Un comeback viral sin mover un dedo.

Leticia Sabater ‘a la finlandesa’ arrasa en las redes sociales

La cosa se calentó aún más cuando salió a la luz que la Unión Europea de Radiodifusión había pedido a Vikman moderar su número por considerarlo “demasiado sexual”. ¿Demasiado? En Eurovisión, el templo del brilli-brilli y las actuaciones imposibles. Ahí fue cuando las comparaciones con Leticia pasaron de chiste a fenómeno viral.

Entre memes, clips comparativos y alguna que otra petición para que Sabater represente a España en 2026 con “Mr. Policeman Reloaded”, el asunto terminó consolidando lo que ya sabíamos: la línea entre lo provocador y lo paródico es cada vez más difusa, y las redes sociales tienen el poder de revivir íconos del pasado con la misma facilidad con la que destronan nuevos talentos.

Porque sí, Erika Vikman ha conseguido lo que muchos desearían: una actuación que no solo ha sido comentada en medio mundo, sino que ha servido para resucitar (otra vez) a Leticia Sabater. Y eso, en el universo eurovisivo y tiktoker, vale oro.

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