Kiko Rivera se convierte en un criptobro y se está forrando con bitcoins

Kiko Rivera sonriente durante una entrevista
Kiko Rivera ha pasado de las portadas por escándalos a las portadas por su cuenta corriente. El DJ, exfiestero y ahora gurú financiero en ciernes, ha confesado públicamente que su patrimonio supera el millón y medio de euros. Lo dice sin tapujos: “Entre lo que tengo en el banco y mis activos, supero el millón y medio”. Y no, no hay trampa ni cartón. Ni mamá Pantoja ni herencias, solo criptomonedas y una visión bastante más clara que su pasado.
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Lejos quedan los días de excesos y dramas. Kiko ahora va de inversor digital, sin deudas con Hacienda ni con el banco. “Tengo bitcoins y decidí invertir para que el dinero me genere más dinero”, soltó en televisión, como si fuera el nuevo Elon Musk del DJing español. ¿Quién lo iba a decir?
El nuevo Kiko Rivera: bitcoins, libertad y nada de hipotecas
El nuevo Kiko no compra casas, ni quiere hipotecas, ni sueña con el chalet en la sierra. “No me compro una casa porque no me gusta, soy culo inquieto y me gusta moverme”, dijo sin sonrojarse. Para él, la libertad va por delante de las posesiones. Prefiere moverse de ciudad en ciudad, alquilando habitaciones si hace falta, pero con el control de su dinero bien atado. No hay hipoteca que le ate ni banco que le persiga.
Atrás quedaron los ocho millones que volaron en fiestas, caprichos y épocas oscuras. Hoy, todo eso es historia. Kiko Rivera va sobrado de liquidez y ha aprendido que invertir bien es mucho mejor que heredar mal. Asegura que todo su patrimonio es limpio, sin deudas ni letras pendientes. Lo que tiene, es suyo, sin compartirlo con ningún drama televisado.
Ruptura con Pantoja, pero matrimonio con su cuenta bancaria
Lejos de hundirse por su ruptura con Isabel Pantoja, Kiko la usó como trampolín. Con el apellido en pausa y la familia a kilómetros, el DJ se centró en levantar su futuro sin depender de nadie. “He tenido suerte en algunas inversiones, he ganado dinero y he invertido”, explicó en una entrevista. Vamos, que el drama fue su gasolina.
Mientras en Cantora siguen las telenovelas familiares, él se ha montado su propio universo: uno donde los números cuadran y los conflictos no cotizan. Ha reconciliado con Isa, ha hecho las paces con Anabel, y lo más importante: ha hecho las paces con su cuenta bancaria.