Shakira no canta, imprime billetes: esto ha ganado en su gira

Shakira durante uno de sus conciertos
Olvídate de la Shakira llorando en el videoclip. Esa ya no existe. Ahora solo hay una Shakira subida al escenario, moviendo las caderas, soltando hits y, de paso, llenando las arcas como si no hubiera un mañana. Su gira “Las Mujeres Ya No Lloran” no solo está reventando estadios, también está dejando temblando las cajas registradoras allá por donde pasa. Literalmente, la colombiana no pisa una ciudad sin convertirla en una fiesta millonaria.
Dicen que el despecho vende, pero lo de Shakira ya es otro nivel. Desde que arrancó la gira, se ha metido en el bolsillo más de 170 millones de dólares, y aún le quedan muchas ciudades por conquistar. Cada concierto es una mezcla explosiva de bailes imposibles, luces, fuego y temazos que todos llevamos tatuados en el subconsciente. El show no baja del millón y medio por noche. Y con esa energía, esa precisión y ese pelazo… ¿cómo no va a arrasar?
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Por si fuera poco, no solo canta, baila y factura, sino que lo hace con discurso. Esta Shakira post-Piqué viene con mensaje de empoderamiento, de liberación, y de “gracias por traicionarme, me salió mejor el negocio”. El público la aclama como si fuera una deidad pop y ella responde con todo el carisma del mundo y una lista de éxitos que ni el mejor Spotify.
Shakira está en su prime: diosa latina, referente global y máquina de hacer dinero
Lo que hace especial a esta gira no es solo la música. Es el fenómeno que la rodea. En cada ciudad, Shakira no solo llena estadios, también revoluciona hoteles, restaurantes, taxis, y hasta la venta de camisetas con lentejuelas. Es como una ola de oro que pasa y deja todo resplandeciente. Y eso, amigas, no lo consigue cualquiera.
Karol G, por ejemplo, está pegando fuerte con su propio tour, pero todavía le falta ese punto de “leyenda viva” que Shakira lleva años facturando con elegancia. Y sí, Dua Lipa saca temazos, lo parte en festivales y baila como una diosa de neón, pero Shakira tiene ese algo que mezcla carisma, sudor caribeño y nostalgia noventera. Es un paquete completo, inimitable.
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Y mientras otras se hacen virales por un modelito o una colaboración con DJ del momento, Shakira lo hace por aplastar la taquilla, vender entradas en minutos y poner a medio mundo a cantar “Te felicito que bien actúas” como si fuera un mantra de vida. Eso sí, con brillo en los ojos y dólares en la cuenta.
Así que, por si quedaba alguna duda, ya no hablamos de Shakira como la ex de nadie. Ella es su propio fenómeno. Y mientras algunas lloran por un like, ella llora… pero en billetes grandes. Porque en el mundo de las divas, Shakira ya no compite: factura y se va.